Foto Suministrada: Mariel Mejía/endi.com |
Es un gigante dormido que podría despertar y amenazar con la seguridad de los puertorriqueños.
El tráfico de animales exóticos en Puerto Rico es un negocio ilegal
que con el pasar de los años se ha convertido en un mercado indomable que
amenaza con la seguridad de los puertorriqueños, así como con la flora y fauna
del país.
En la Isla han llegado cientos de animales exóticos por medio del
contrabando, animales que son vendidos por traficantes que viajan de todas
partes del mundo, que una vez llegan a Puerto Rico, en la mayoría de los casos
son abandonados representando un peligro para la flora autóctona.
El Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico (DRNA) tiene a
su cargo mantener el control de estas especies que llegan a la Isla para
garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Según las leyes del DRNA la posesión de especies exóticas en Puerto
Rico representa un grave problema para el país, pues resulta en impactos para
los animales nativos, para la salud pública, la seguridad y para la agricultura.
“Es que están trayendo a la
Isla animalitos que no tiene su hábitat aquí, que además no estamos preparados
para vivir con ellos, especies venenosas, mamíferos peligrosos y aves que
pueden cargar con enfermedades”, señaló el teniente Ángel Atienza, director de
la Unidad de Vida Silvestre del DRNA.
Atienza mencionó la preocupación que representa para la agencia el
aumento que habido en la práctica de traer estos animales exóticos, en especial
en el contrabando de especies venenosas, de las cuales en la Isla aun no hay
antídotos.
El DRNA clasifica una especie exótica al animal que amenaza al ecosistema nativo del país y que es introducida a la Isla con la ayuda del
hombre.
“La gente que manda a buscar y compra estos animales aquí (en
Puerto Rico) no tienen conocimiento del peligro al que exponen a las personas y
al ecosistema del país, si se escapan o los abandonan estos se pueden propagar
rápido por toda la Isla y convertirse en una plaga, como es el caso de las
gallinas de palos y de los monos de Lajas”, expresó Atienza.
El teniente hizo referencia a las iguanas que son nativas de Centro y Sur América y se han propagado por toda el país, así como los monos Patas y macro Rhesus, quienes escaparon de un laboratorio de la Isla y viven amenazando cosechas y a la ciudadanía, pues muchos de ellos cargan enfermedades.
El teniente hizo referencia a las iguanas que son nativas de Centro y Sur América y se han propagado por toda el país, así como los monos Patas y macro Rhesus, quienes escaparon de un laboratorio de la Isla y viven amenazando cosechas y a la ciudadanía, pues muchos de ellos cargan enfermedades.
El DRNA: Incautación y Sanciones
Según la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés) el comercio ilegal de flora y fauna es el tercer tipo de contrabando más lucrativo del mundo, después del tráfico de drogas y armas. Sin embargo en Puerto Rico hay quienes creen que este negocio es el segundo, después de las drogas.
Según la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés) el comercio ilegal de flora y fauna es el tercer tipo de contrabando más lucrativo del mundo, después del tráfico de drogas y armas. Sin embargo en Puerto Rico hay quienes creen que este negocio es el segundo, después de las drogas.
De acuerdo a datos del DRNA, el tráfico ilegal de animales es un
negocio lucrativo que genera alrededor de $60 millones al año en la Isla.
En Puerto Rico, la ley de Vida Silvestre del 15 de agosto de 1999, prohíbe la entrada y posesión de toda
aquella especie que el DRNA no permita en su reglamento de Vida Silvestre.
“Estas especies ilegales llegan a la Isla por el aeropuerto, por
correo regular o por unidades marítimas, allí tenemos nuestro personal, pero la
realidad es que es bien difícil detectar quién trae estos animales”, comentó
Atienza, quien añadió que en ocasiones reciben la ayuda de ciudadanos que ven o
escuchan a los animales.
El DRNA impone multas de $5mil hasta $50mil dependiendo del animal
que se incaute, así como una pena de cárcel de entre 90 meses y 3 años. Según
Atienza las personas que tienen un animal que está en peligro de extinción son
las más probables a cumplir cárcel. Por otra parte, el DRNA impone las multas
dependiendo del costo del animal incautado y de la cantidad de animales que se
incaute por persona.
La agencia ofreció una amnistía desde el 14 de octubre de 1998
hasta el 30 de marzo del 1999 a todas las personas que poseyeran animales
exóticos para conocer las especies de mayor demanda en el mercado ilegal. Según el resumen de la amnistía, se registraron 12 mil animales
exóticos en el país.
Los animales que son incautados por el DRNA son llevados al Centro
de Especies el Cambalache, en Arecibo. Allí según explicó Atienza son cuidados
hasta que encuentran alguna organización en Estados Unidos que los vienen a
buscar.
“Aquí (en Cambalache) los cuidamos, lo que no se hace es
eliminarlos, ningún animal se elimina por más peligroso que sean, ellos no
tienen la culpa de que terminen en la Isla por deseos de otros”, manifestó
Atienza.
El teniente, quien lleva más de 10 años trabajando en la agencia
relató que entre los animales más impactantes que ha incautado el organismo se
encuentran, un león, un elefante en el pueblo de Jayuya, tigres, pirañas,
anacondas, osos, reptiles venenosos, camellos, entre un sinnúmero de animales
“que son inimaginables en la Isla”.
Perfiles: Traficante vs. Comprador
Son los humanos quienes han creado del tráfico ilegal de animales un negocio potencial, pero quiénes son los que venden y compran estos animales y cuáles son sus intereses.
Son los humanos quienes han creado del tráfico ilegal de animales un negocio potencial, pero quiénes son los que venden y compran estos animales y cuáles son sus intereses.
“La realidad es que no existe un perfil de estas personas que se
dedican a este mercado negro, es más tu vecino puede tener uno de estos
animales y tu nunca saberlo, por que la persona que menos nos imaginamos esa es
la que lo tiene”, afirmó Atienza.
Añadió que la agencia si ha visto que muchos santeros compran estos
animales exóticos para utilizarlos en rituales. También han visto que muchas
personas mayores y adineradas hacen compras de estos animales, aunque Atienza
asegura que es imposible tener un perfil de un comprador.
“Nosotros (el DRNA) le incautamos un mono a una figura bien
importante en Puerto Rico, que la gente jamás pensaría que estaba es esto”,
dijo Atienza, quien señaló que la excusa más común para las personas es “yo no
sabía que esto era ilegal”.
Héctor Colón, supervisor de la rampa de desembargo de Federal
Express mencionó que en el caso de su agencia las personas que deciden
transportar animales a la Isla deben tener un permiso federal, es por eso que
quienes mayormente viajan con animales exóticos son veterinarios, empleado de
zoológicos y ciudadanos que cuentan con sus respectivos permisos.
Para tener una idea, un traficante puede genera miles de dólares
para llevar un animal exótico hasta su destino y un comprador paga miles de
dólares porque ese animal llega a sus manos, lo cierto es que el comprador
ignora todo lo que tiene que hacer el vendedor.
“Los ciudadanos tienen que tomar acción, deben denunciar si conocen
o han visto algunos de esto animales o alguien que tenga intención de entrarlos
a la Isla porque a fin de cuentas es la vida de cada y uno de nosotros y de nuestro ambiente la que está en juego”,
puntualizó el teniente Atienza.
Galería:
Centro Especies Cambalache
Arecibo
Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com |
Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com |
Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com |