miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tráfico ilegal de animales: una amenaza ignorada en la Isla

Foto Suministrada: Mariel Mejía/endi.com

















Es un gigante dormido que podría despertar y amenazar con la seguridad de los puertorriqueños.


El tráfico de animales exóticos en Puerto Rico es un negocio ilegal que con el pasar de los años se ha convertido en un mercado indomable que amenaza con la seguridad de los puertorriqueños, así como con la flora y fauna del país.

En la Isla han llegado cientos de animales exóticos por medio del contrabando, animales que son vendidos por traficantes que viajan de todas partes del mundo, que una vez llegan a Puerto Rico, en la mayoría de los casos son abandonados representando un peligro para la flora autóctona.

El Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico (DRNA) tiene a su cargo mantener el control de estas especies que llegan a la Isla para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Según las leyes del DRNA la posesión de especies exóticas en Puerto Rico representa un grave problema para el país, pues resulta en impactos para los animales nativos, para la salud pública, la seguridad y para la agricultura.

 “Es que están trayendo a la Isla animalitos que no tiene su hábitat aquí, que además no estamos preparados para vivir con ellos, especies venenosas, mamíferos peligrosos y aves que pueden cargar con enfermedades”, señaló el teniente Ángel Atienza, director de la Unidad de Vida Silvestre del DRNA.

Atienza mencionó la preocupación que representa para la agencia el aumento que habido en la práctica de traer estos animales exóticos, en especial en el contrabando de especies venenosas, de las cuales en la Isla aun no hay antídotos. 

El DRNA clasifica una especie exótica al animal que amenaza al ecosistema nativo del país y que es introducida a la Isla con la ayuda del hombre.

“La gente que manda a buscar y compra estos animales aquí (en Puerto Rico) no tienen conocimiento del peligro al que exponen a las personas y al ecosistema del país, si se escapan o los abandonan estos se pueden propagar rápido por toda la Isla y convertirse en una plaga, como es el caso de las gallinas de palos y de los monos de Lajas”, expresó Atienza.

El teniente hizo referencia a las iguanas que son nativas de Centro y Sur América y se han propagado por toda el país, así como los monos Patas y macro Rhesus, quienes escaparon de un laboratorio de la Isla y viven amenazando cosechas y a la ciudadanía, pues muchos de ellos cargan enfermedades.

El DRNA: Incautación y Sanciones
Según la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés) el comercio ilegal de flora y fauna es el tercer tipo de contrabando más lucrativo del mundo, después del tráfico de drogas y armas. Sin embargo en Puerto Rico hay quienes creen que este negocio es el segundo, después de las drogas.
           
De acuerdo a datos del DRNA, el tráfico ilegal de animales es un negocio lucrativo que genera alrededor de $60 millones al año en la Isla.

En Puerto Rico, la ley de Vida Silvestre del 15 de agosto de 1999, prohíbe la entrada y posesión de toda aquella especie que el DRNA no permita en su reglamento de Vida Silvestre.

“Estas especies ilegales llegan a la Isla por el aeropuerto, por correo regular o por unidades marítimas, allí tenemos nuestro personal, pero la realidad es que es bien difícil detectar quién trae estos animales”, comentó Atienza, quien añadió que en ocasiones reciben la ayuda de ciudadanos que ven o escuchan a los animales.

El DRNA impone multas de $5mil hasta $50mil dependiendo del animal que se incaute, así como una pena de cárcel de entre 90 meses y 3 años. Según Atienza las personas que tienen un animal que está en peligro de extinción son las más probables a cumplir cárcel. Por otra parte, el DRNA impone las multas dependiendo del costo del animal incautado y de la cantidad de animales que se incaute por persona.

La agencia ofreció una amnistía desde el 14 de octubre de 1998 hasta el 30 de marzo del 1999 a todas las personas que poseyeran animales exóticos para conocer las especies de mayor demanda en el mercado ilegal. Según el resumen de la amnistía, se registraron 12 mil animales exóticos en el país.

Los animales que son incautados por el DRNA son llevados al Centro de Especies el Cambalache, en Arecibo. Allí según explicó Atienza son cuidados hasta que encuentran alguna organización en Estados Unidos que los vienen a buscar.

“Aquí (en Cambalache) los cuidamos, lo que no se hace es eliminarlos, ningún animal se elimina por más peligroso que sean, ellos no tienen la culpa de que terminen en la Isla por deseos de otros”, manifestó Atienza.

El teniente, quien lleva más de 10 años trabajando en la agencia relató que entre los animales más impactantes que ha incautado el organismo se encuentran, un león, un elefante en el pueblo de Jayuya, tigres, pirañas, anacondas, osos, reptiles venenosos, camellos, entre un sinnúmero de animales “que son inimaginables en la Isla”.    

Perfiles: Traficante vs. Comprador
Son los humanos quienes han creado del tráfico ilegal de animales un negocio potencial, pero quiénes son los que venden y compran estos animales y cuáles son sus intereses.

“La realidad es que no existe un perfil de estas personas que se dedican a este mercado negro, es más tu vecino puede tener uno de estos animales y tu nunca saberlo, por que la persona que menos nos imaginamos esa es la que lo tiene”, afirmó Atienza.

Añadió que la agencia si ha visto que muchos santeros compran estos animales exóticos para utilizarlos en rituales. También han visto que muchas personas mayores y adineradas hacen compras de estos animales, aunque Atienza asegura que es imposible tener un perfil de un comprador.

“Nosotros (el DRNA) le incautamos un mono a una figura bien importante en Puerto Rico, que la gente jamás pensaría que estaba es esto”, dijo Atienza, quien señaló que la excusa más común para las personas es “yo no sabía que esto era ilegal”.

Héctor Colón, supervisor de la rampa de desembargo de Federal Express mencionó que en el caso de su agencia las personas que deciden transportar animales a la Isla deben tener un permiso federal, es por eso que quienes mayormente viajan con animales exóticos son veterinarios, empleado de zoológicos y ciudadanos que cuentan con sus respectivos permisos.

Para tener una idea, un traficante puede genera miles de dólares para llevar un animal exótico hasta su destino y un comprador paga miles de dólares porque ese animal llega a sus manos, lo cierto es que el comprador ignora todo lo que tiene que hacer el vendedor.

“Los ciudadanos tienen que tomar acción, deben denunciar si conocen o han visto algunos de esto animales o alguien que tenga intención de entrarlos a la Isla porque a fin de cuentas es la vida de cada y uno de nosotros y  de nuestro ambiente la que está en juego”, puntualizó el teniente Atienza. 

Galería:
Centro Especies Cambalache Arecibo

Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com
Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com

Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com

Foto Suministrada: Mariel Mejía/ endi.com